A los 41 años, Vladimir Guerrero ya aparecía en la boleta de Cooperstown, Manny Acta dirigía a un segundo equipo en las Grandes Ligas (Indios) y Omar Minaya se convertía en el primer latino en ser gerente de un equipo en el Big Show (Expos).
A esa edad, Nelson Cruz no parece tener fecha de caducidad en el terreno y sigue ampliando una enorme libreta bibliográfica a pesar de que la comenzó a llenar cuando la mayoría de peloteros ya ha alcanzado su pico de rendimiento y emprenden la curva de descenso.
El martes en Denver, Cruz se convertirá en el jugador dominicano de posición que llega a un Juego de Estrella con mayor edad. Eclipsará los 40 años que tenía David Ortiz cuando jugó en 2016. Es solo una de las casillas donde el montecristeño pondrá su nombre delante o lo inscribirá. Será el pelotero número 20 que llega a la cita con 41 años o más.
Cruz, de los Mellizos de momento si bien crece el rumor de que será enviado a los Blue Jays antes del 30 de julio, llegará al clásico de mitad de campaña con un cuarto equipos. Solo su compatriota Moisés Alou y Gary Sheffield (5) fueron elegidos con más franelas que él.
Una muestra del largo recorrido de este cibaeño que cuando Eddy Toledo lo firmó en 1998 para los Mets estaba tan crudo que el veterano escucha temía ser amonestado por sus superiores, pero que cuando, finalmente, tuvo su primera gran oportunidad (a los 28) la agarró tan bien que no la ha vuelto a soltar.
“Pegar un hit”, bromeó Cruz cuando reporteros del diario StarTribune le preguntaron sobre lo especial que hacía esta visita al All Star a esta edad. Y es que la séptima ocasión en que estará en el evento no le quita mariposas a este veterano, con dos visitas a la Serie Mundial.
Fue en ese 2009 cuando los Rangers le entregaron el jardín derecho que Boomstick destrozó por primera vez el pitcheo en la élite, con 33 cuadrangulares, 21 dobletes y 76 remolcadas. Ese año fue a su primer Juego de Estrellas, en el Bush Stadium III de San Luis, pero ni siquiera salió del dugout. Entonces ya tenía 29 años de edad.
Regresó en 2013, también con los texanos, a la edición del Citi Field de Nueva York, volvió en 2014 con los Orioles al Target Field de Minnesota; en 2015 fue al Great America Ballpark de Cincinnati ya como un Marinero, uniforme con el que también apareció en 2017 en el Marlins Park de Miami y 2018 en el Nationals Park de Washington.
En 2014 y 2015 fue titular como cuando iba en la cresta de la ola de una década donde pegó más jonrones que cualquiera en el Gran Circo (346). En esas seis ediciones apareció nueve veces en el plato, falló en siete turnos y tomó dos boletos. Si sacude un vuelacercas será el jugador de mayor edad en hacerlo en el certamen que comenzó a disputarse en 1939.
La imagen más fresca relacionada a él que queda en el archivo de los fanáticos fue su participación en el Derby de Jonrones 2009 cuando perdió la final ante Prince Fielder por 6-5. Ahora en 2021 fue invitado nueve vez por la liga, pero el quisqueyano declinó.
“Es una gran experiencia, grandes aficionados, genial para el juego. Genial para los muchachos que no han hecho eso”, enfatizó Cruz. “Te mueves por la valla en cada lanzamiento. Eso puede estropear tu swing durante dos, tres días, y no quieres eso”.
En 300 apariciones al plato este curso, el bateador designado de los Twins tiene una línea ofensiva de .304/.377/.562 en promedios de bateo, embarsarse y extrabases con 18 jonrones y 45 remolcadas. Su aporte ofensivo (wRC+) es un 51% por encima de la media de la liga de acuerdo a FanGraphs y su OPS ajustado es de 134.
Sus 435 batazos de cuatro bases los dejan a 14 para alcanzar a los inmortales Guerrero y Jeff Bagwell en el puesto 40 de todos los tiempos.
“Es un premio. Significa que lo hiciste bien, que lograste cosas positivas en la primera mitad e hiciste tu trabajo”, dijo Cruz, un pelotero que ha logrado trascender fuera del terreno con obras sociales en paralelo con su exitosa carrera.
